
Terminé tu ruta,
y ahora miro hacia atrás, tu atmósfera gris, el camino árido y pedregoso, tus plantas sedientas...
fué como andar en el valle de la sombra.
Te dí lo mejor de mí, el cariño, la alegría, la caricia
hoy te miro, y sé que eres así, gris, que no vas a cambiar
te dí lo mejor de mí,
te ví belleza, trate de que te miraras la vida, las oportunidades
te seguí... hasta el final... hasta que me convencí de que no vas a cambiar,
que seguirás siendo gris, que los colores ya no se refugian en tí...
Sigo otros rumbos y otros sentidos
tu camino está como un tallo en mi corazón, sin rosas y sin espinas
como un cuadro, un camino, para recordar los momentos en que intenté
hacerte vivir.
Un solo camino, un tallo labrado,
una sola experiencia seca.
Quiero pensar que todos los caminos llegan a la luz,
por cierto, si eres gris, alguna luz debe existir en tí.

2 comentarios:
Gris...ser gris...todos en algun momento llegamos a ser grises, lo marvilloso es incorporar a nuestra vida los colores que nos hace falta.Tenes razon el gris tambien es un color.
Bello poema de letras tristes pero lleno de esperanza. Alguna luz debe existir en el. Besos, cuidate.
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